The Innocents: El inconsciente infantil
- Araceli Tario
- 26 may 2023
- 2 Min. de lectura

La exploración de la psique humana en el cine por lo general se ha hecho desde el punto de vista de un adulto, razón por la cual el cineasta sueco Eskil Vogt en su segundo largometraje: Juegos inocentes (De Uskyldige / The Innocents, 2021) elige hacerlo desde ese lugar misterioso que parece manifestarse solo en la infancia.
Esta es la historia de las hermanas Ida y Anna quienes recién se mudan con sus padres durante las vacaciones de verano en el que conocerán a Benjamin y Aisha con quienes descubrirán tener una conexión sobrenatural.
En este largometraje es muy claro el interés de Vogt por comprender cómo adquirimos nuestra percepción del mundo, evidenciando que la infancia es una etapa fundamental para el desarrollo emocional que termina siendo una mezcla de los impulsos propios del ser humano y las creencias que los padres educan a sus hijos, los cuales se terminan adaptando individualmente para vivir en una sociedad; sin embargo, en la infancia, al estar en el proceso de aprender a regularse emocionalmente, esto es menos racional y las conexiones más naturales pueden ser no tan civilizadas y entendibles.
Algo también interesante de la perspectiva de Vogt es que emplea un enfoque fantástico para mostrar a la infancia como una etapa más compleja y no dicotómica del bien y el mal así como las posibles confusiones que se derivan al contrastar las sensaciones con la realidad lo cual en muchas ocasiones da miedo e incertidumbre y que es representado magistralmente por todo el elenco infantil destacando la actuación de Alva Brynsmo Ramstad quien interpreta a Anna, una adolescente con autismo.
Proyectos como éste que se llevan años en la pre-producción cuidando del guión y el casting, no dejan de lado aspectos técnicos como la fotografía, en este caso a cargo de Sturla Brandth Grovlen quien crea la atmósfera inhóspita en la que se desarrolla esta historia donde las conexiones sobrehumanas solo pueden ser explicadas visualmente acompañando las imágenes contrastantes de lo urbano (complejos departamentales) y lo rural (el bosque) que sirve como analogía de los límites en los que yace la psique infantil; así mismo, el diseño sonoro y la música de Pessi Levanto nos transmiten esa melancolía inquietante que solo puede expresarse musicalmente para acompañar los gestos y miradas de los personajes en pantalla.
Juegos Inocentes es una película para público que gusta de historias de misterio sobrehumano sin artificios o melodrama, sino con un realismo lúgubre y melancólico que hace reflexionar acerca de la infancia y el desarrollo emocional humano.
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