Oda al celuloide: La última función de cine

¿Recuerdas una experiencia que te haya transformado emocional o creativamente? Pues eso es lo que Pan Nalin nos transmite con La última función de cine (Chhello Song, 2021) en la que de manera semi-autobiográfica nos comparte su experiencia que lo inspirara a ser un narrador de la vida.

Esta es la historia de Samay, un niño quien después de descubrir el cine, se interesa por comprender cómo captar la luz para crear y proyectar películas.

Cuando se trata de historias autobiográficas u homenajes al cine hemos visto a diversos autores hacerlo tal es el caso de Jean-Luc Godard, Woody Allen, e inclusive Steven Spielberg distinguiéndose Nalin por un estilo austero pero tierno con momentos muy poéticos y entrañables, haciendo énfasis en la importancia de la formación parental para el desarrollo de las habilidades artísticas.

Aunque la narrativa es lineal, en ocasiones el objetivo se dispersa y carece de una cohesión entre situaciones; sin embargo, la esencia de esta historia permanece, haciendo apreciar el interés del cineasta por valorar todos los aspectos relacionados en la cinematografía desde la técnica hasta la proyección y como esto es tan importante en la formación del ser humano. Destacan las actuaciones del elenco infantil que son actores no profesionales pero que logran proyectar la ingenuidad y revelaciones que se llega a tener a esa edad, mientras que los aspectos técnicos que destacan son la fotografía de Swapnil S. Sonawane quien elige primeros planos o planos detalles así como colores cálidos para transmitir la fascinación por el celuloide siendo complementado con la música de Cyril Morin quien sabe alternar los silencios con melodías emotivas que acompañan esta historia de descubrimiento y amor al séptimo arte.

La última función de cine es una película para público que gusten de historias acerca del descubrimiento de una pasión en el mundo que hace disfrutable la existencia.

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