Licorice Pizza

por César de León

La más reciente obra de Paul Thomas Anderson ocurre en el valle de San Fernando en 1973, Cooper Hoffman hijo del fallecido Philip Seymour, interpreta con un carisma y naturalidad a Gary Valentine, un adolescente que se enamora de Alana Kane, una joven un poco mayor que él, interpretada por la vocalista del grupo Haim del mismo nombre. Ambos personajes se acompañarán en lo que será el descubrimiento del amor en la transición de la adolescencia a la vida adulta.

La química entre los dos protagonistas es auténtica y se agradece el tiempo que comparten en pantalla y más si se considera es el debut de ambos actores. La seguridad de Hoffman así como las inseguridades de Alana son algo característico de sus personajes. Distintas emociones propias de la juventud, así como formas de enfrentar la vida en esa etapa, son mostradas en la que tal vez sea una de sus películas más accesibles en la filmografía de Anderson. Como complemento actoral Bradley Cooper, Sean Pean y Tom Waits con breves apariciones dejan algo de aprendizaje en nuestros protagonistas.

La experiencia de P. T. Anderson en la dirección de videos musicales queda de manifiesto al insertar de manera adecuada canciones clásicas de la década de los 70's (The Doors, Paul McCartney, Suzi Quatro, etc,) con situaciones y/o escenas de la película, complementando así el score de Johnny Greenwood, guitarrista de Radiohead quien sigue mostrando su maestría en la composición de bandas sonoras.

La recreación de la época está muy bien cuidada y tiene mucho que ver con los recuerdos de director que además produjo, escribió y fue co-director de fotografía; así mismo, no podían faltar los plano secuencias características del cine de P. T. Anderson, así como una edición pulcra.

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