La Nave: Soñar, es vivir

Inspirado en un episodio de la vida real, el actor Pablo Cruz-Guerrero se dedicó por casi 10 años en desarrollar y producir La Nave (2019) teniendo como principal objetivo el conmover al público con una historia mexicana de superación y amor al prójimo.

La Nave nos cuenta la historia de Miguel (un sencillo Pablo Cruz-Guerrero), un locutor de radio inmerso en la monotonía hasta que un día recibe la llamada de Gerardo (un tierno Santiago Beltrán), un niño que acude a el para solicitarle ayuda a cumplir su sueño de ir al mar, lo que lo llevará a buscar el modo de hacerlo.

La dirección de Batán Silva, es sencilla, con una fotografía luminosa a cargo de Guillermo Granillo de corte más televisivo pero no por ello menos elegante y encuadres que reflejan la introspección de los personajes. Aunque es una película sencilla, no pretende más de lo que ofrece, ni tampoco es superficial ya que es palpable la honestidad del guión dándole su lugar a la anécdota real, siendo conmovedora por lo entrañable de los personajes, sin caer en el melodrama, ya que en su sencillez, yacen valores profundos como el amor, la honestidad y el coraje que resaltan lo positivo del ser humano; y al mismo tiempo, enfatiza en la importancia de los lazos interpersonales como vínculo esencial para disfrutar la vida. Además de los protagonistas, un personaje importante y que sirve de escenario para esta historia, es la ciudad de Morelia, pues con sus caminos empedrados y empinados pero pintorescos y acogedores, sirven para darle mayor resonancia a las transiciones de Miguel, sirviendo de contraste en un inicio cuando vive desinteresado y frustrado ignorando la belleza de esta ciudad, que conforme va enfrentando retos, modifica su estilo y percepción de vida al recorrerla, llegando a una armonía con su contexto y por lo tanto, consigo mismo.

Otro aspecto a destacar es la banda sonora de Andrés Almeida quien además de participar como actor, sorprende por hacer melodías tiernas y divertidas que resaltan las emociones humanas y acompaña el re-descubrimiento de la imaginación y ternura, así como la inspiración y fuerza que se retroalimentan Gerardo y Miguel y cuyo lazo se termina por representar en la canción “Un lugar” interpretada por Ruzzi.

La nave es una película para público que gusta de historias humanas entrañables que inspiran a disfrutar la vida aún en la adversidad.

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